Y entonces había algo que la volvía a llamar...

Cuando todo estaba revuelto, había algo que la paralizaba, uff! sensaciones nada nuevas, volvían a visitarla, aquello era eso… sólo una visita, no era fácil vivir en un mundo donde no se sentía cómoda, todo eran costumbres, miraba a su alrededor y no le aportaba, sabía que había nacido en el lugar equivocado, no es que no entendiera las cosas y que no fuera consciente de que era alguien afortunada, pero sabía que la vida era algo más.

Posiblemente, algunas personas tienen una serie de inquietudes y que no se conforman con una vida monótona, mecánica, con unos horarios rígidos, con unas familias establecidas, con unas amistades… bueno... igual todavía no sabía muy bien que significaba algunas cosas, pero lo cierto y verdad es que en su interior había algo que gritaba muy fuerte y por eso a veces le dolía el alma, lo que veía a su alrededor no le gustaba y eso no le hacía feliz.

Había que esperar una temporadita para que todo volviera a su ser, cada cosa en su sitio,  y entonces...  había algo que la volvía a llamar, era aquel mar aturquesado que le daba aquellas otras sensaciones que le ayudaban a recolocar de nuevo todo aquello que a veces iba perdiendo mientras había que vivir en aquel mundo que no le aportaba nada.