Hay muchas familias que viven bajo el mismo techo, aunque la realidad es saben bien otra muy distinta, muchos hogares son auténticas cárceles para algunas personas, donde la libertad e incluso de expresión es difícil mantener.
Familias donde todos permiten que las humillaciones, las groserías y falta de respeto se hagan con esa habitualidad donde nunca pasa nada y no se le da la menor importancia porque además sienten orgullo de un determinado apellido de los que todos parecen sentirse engreídos de formar ese clan, cuando debería ser al contrario.
Me encantaría pertenecer a cualquier clan del que se pudiera presumir, no a un clan que su perfil destaca por las groserías, faltas de respeto, cabezonería y maltrato psicológico. El resto que permite y rien las gracias es mas culpable que el propio acosador actúe con esa libertad, permiten hasta que esa negatividad llegue a sus vidas e incluso siga ramificándose a terceras generaciones.
Lamentablemente es increíble que tengamos cerquita a personas que tienen que vivir bajo la presión constante de un enfermo por llamarlo de alguna manera.
Rezaré por todas las víctimas que no han sabido poner en su vida la barrera del respeto, esa ha sido su espada de damocles para el resto de sus vidas.
“La vida es otra cosa o al menos eso debería”.
Muchísimas gracias.
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