Anhelaba el soplo de la protección de su Angel Guardián, así que a partir de ahora lo llamaría para que volviera y así poder sentir de nuevo aquellas sensaciónes que le producían aquel bienestar para todos sus sentidos.
Aquel torbellino de negatividad que tenia a su alrededor en aquel momento la estaba desbordando, había que hacer una parada urgente, empezar de cero, llenar sus pulmones de sensaciones placenteras, visualizar lo que tanto necesitaba, serenar sus presiones, se negaba a lo de siempre.
A punto estuvo de montar sin darse demasiada cuenta en el tren del que tanto renegó, así que reflexionó y bajó aquel primer escalón, miró al cielo con mirada cristalina y buscó a su protector, de nuevo pidió ayuda para no perder su esencia, esa esencia que le habían dejado como regalo sus seres queridos, perdidos y de los que tanto presumía por ser como fueron.
Mejores o peores pero fueron sinceros, claros y transparentes, nunca hubo trampa ni cartón en sus vidas.
Una oración con todos mis respetos para ellos…
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén
Jesús de Nazaret
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