¿No te gustaría retirarte y desaparecer a algún lugar? Pues claro… ¿y donde te irías?, pues a Tarifa le contestó ¡vaya cara de espanto le puso al escuchar su respuesta! contestándole con voz elevada ¡que cutrerío!, claro… a la cutre “se le había olvidado que estaba conversando con su amiga la que se instalaba la etiqueta de Sra. Marquesa como cualquier complemento, para poder darse paso hacia el teatro de su vida”; aún así… la cutre, con todo su poderío, le confimaba que cada día le gustaban mas los cutreríos.
Hilando una conversación con otra, la Marquesita aprovechó para contarle el disjusto “tan grande” que tenía la familia, ya que su sobrina "la abogada", había encontrado un amor tarifeño de 45 años, a lo que le argumentó la cutre ¡pero que bien! ¿no?
Estaban horrorizados con la decisión que había tomado su sobrina al cambiar de vida y ejercer como Abogada en Tarifa, junto a ese amor que había encontrado una tarde de playa. Mientras se lo contaba, la cutre no pudo evitar exclamar ¡Me parece maravilloso!, a lo que la Sra. Marquesa argumento en tono despectivo: pero… ¡si es un tarifeño... que lo único que hace es pescar y coger tagarninas!
¿Sabes una cosa? Que a la única que le tiene que gustar el tarifeño es a ella, cada uno tiene sus valores, además estoy segura que va a tener la oportunidad de probar una vida mucho mas auténtica, sencilla, con un ritmo menos acelerado. Seguramente... podrá pescar muchas tardes mirando las puestas de sol, en vez de perder el tiempo en atascos para llegar al trabajo y al final tener para medio vivir.
Lo que mas le entristecía… era que algunas personas se sentían en el derecho de llevar la batuta para reconducir la vida de los demás, como si fueramos marionetas, olvidándose de lo mas importante “la auténtica felicidad interior”, que algunos buscaban continuamente y que tanto ansiaban, pero claro… para algunos tiene mucha mas importancia las bambalinas, la luces y la puesta en escena del Teatro de sus vidas.
Unos perdían el tiempo aparentando una vida y otros muchos, lo perdían contemplando una inigualable puesta de sol, pescando, escuchando música, meditando, conversando, respirando energía e intentando amorgituar los golpes que no querían que llegaran a sus corazones.
Estaban horrorizados con la decisión que había tomado su sobrina al cambiar de vida y ejercer como Abogada en Tarifa, junto a ese amor que había encontrado una tarde de playa. Mientras se lo contaba, la cutre no pudo evitar exclamar ¡Me parece maravilloso!, a lo que la Sra. Marquesa argumento en tono despectivo: pero… ¡si es un tarifeño... que lo único que hace es pescar y coger tagarninas!
¿Sabes una cosa? Que a la única que le tiene que gustar el tarifeño es a ella, cada uno tiene sus valores, además estoy segura que va a tener la oportunidad de probar una vida mucho mas auténtica, sencilla, con un ritmo menos acelerado. Seguramente... podrá pescar muchas tardes mirando las puestas de sol, en vez de perder el tiempo en atascos para llegar al trabajo y al final tener para medio vivir.
Lo que mas le entristecía… era que algunas personas se sentían en el derecho de llevar la batuta para reconducir la vida de los demás, como si fueramos marionetas, olvidándose de lo mas importante “la auténtica felicidad interior”, que algunos buscaban continuamente y que tanto ansiaban, pero claro… para algunos tiene mucha mas importancia las bambalinas, la luces y la puesta en escena del Teatro de sus vidas.
Unos perdían el tiempo aparentando una vida y otros muchos, lo perdían contemplando una inigualable puesta de sol, pescando, escuchando música, meditando, conversando, respirando energía e intentando amorgituar los golpes que no querían que llegaran a sus corazones.
¿Tu sabes dónde está el amor?
Pues entonces, no decidas los caminos que deban tomar los demás.
Besos.
No se le pueden poner vallas al campo, cada uno debe saber donde quiere estar y en el momento que quiere estar, eso es la libertad.
ResponderEliminarJuan Carlos.