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Mis Escritos, Musica y Reflexiones

sábado, 13 de junio de 2009

EL CANGREJO VACILON. (Cuentecito).


El Cangrejo Vacilón era el mas chulito de aquella playa, iba con aires de superioridad mientras caminaba por la orilla cada atardecer. Salía para ver a todas aquellas chicas que tomaban el sol, mientras apartaba de su camino con despotísmo a todo lo que le estorbaba. La caracola Carola era la mas bella y refinada del lugar con diferencia. Una tarde, se reencontraron después de mucho tiempo. El Cangrejo Vacilon tropezó con la caracola Carola y en tono vulgar se dirigió a ella y le dijo: ¡apártateeee de mi camino repelente Carola! a lo que ella contestó: no me apartaré... ¡tendrás pasar por encima de mi maravillosa concha!, ¡eso bajo ningún concepto! y menos... con tu actitud grotesca, ¡y aquí, el único repelente eres tuuuu!, ¡eso que te quede claro!. El se puso a gritaaaar, parecía que se le iban a salir los ojos de las orbitas, empezó a asustarla con sus pinzas, pero ella estaba tan protegida en su concha, que no le hacía ni caso. Se puso tan rabiosooooo... que decidió ir a darse un baño para relajarse.

Mientras hacía unos largos en el mar, se tropezó con el Pulpo Lumbo, al que le empezó a pellizcar con sus pinzas, entonces el Pulpo Lumbo decidió que tenía que darle un escarmiento, lo atrapó con sus tentáculos y empezó a darle vueltas y vueltas hasta que lo tenía tan mareado que empezó a pedir socorro. Los gritos se escuchaban desde la orilla ¡socorroooo! ¡socorrooo!, pero nadie salió a auxiliarle, ni tan siquiera aquellos cangrejos conocidos. Al rato, el Pulpo Lumbo lo llevó hacia la orilla, el Cangrejo Vacilón estaba ¡taaaan malitoooo! que se le habían quitado las ganitas de ver a aquellas chicas tan espectaculares, ni tan siquiera tenía fuerzas para pasear con la prepotencia que lo hacía.

Se sintió tan ridiculooooo delante de todos los que lo observaban, que decidió que todo aquello no podía quedar así y empezó a decir: ¡que sepáis que yo no he pedido auxilio! y yo no he sido el que ha gritado ¡socorrooo!, ¡socorrooo!, ha sido mi primo, que lo estaba persiguiendo no se que... entonces todos empezaron a morirse de risa y le decían: ¡Además de vacilón.... mentirosoooo!

Así, que entre todos, le cogieron las pinzas y se las amarraron con unas cuerdas que habían dejado unos pescadores en la orilla. La caracola Carlola le dijo: querido... cuando reflexiones y decidas que te vas a comportar y nos prometas que nos vas a respetar ¡te liberaremos!, así que tu decides.

El cangrejo vacilón era tan cabezota que estuvo toda su vida amarrado y todo... por no ser humilde y no dar... ¡una pinzaaaa a torcer!, así que prefirió estar toda su vida amarrado y con cara de cangrejo viejo cascarrabias.

Y colorín colorado, este cuento... ¡se ha acabado!.
Angelines, G.L.

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