Las casualidades y las coincidencias existían...,
hacía tres años justamente, en esos días unas miradas inocentes venían,
hoy sin embargo, en la casualidad del tiempo,
había miradas que volaban,
sin tener en cuenta los cimientos,
que poco a poco, se cuidaron para que sientieran
en sus corazones, el arrope incondicional que nada le costaba entregar.
Miraba hacia atrás y entiendía...,
que una vez vino una estrella con ganas de alumbrar,
pero las estrellas,
a veces se apagaban para siempre como una estrella fugaz.
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