Entre algodones quiso tenerle para que su cabeza no pensara,
pidió al universo que la suerte le acompañara,
sonrisas imparables para que le llegaran al alma,
pinceladas a su entorno para transmitirles calma.
Mimos, caricias y un sinfín de causas le hacían arrancar la máquina,
estar siempre.
Y ahora pasa… lo de siempre… pero no pasa nada…
Solo llegó la hora de no pedir nada.
Me ha contado mi alma que:
ResponderEliminarSu mirada se torna triste si no te ve sonreir,
Te acompañaría al infierno para encontrar tu paz.
Su torpeza es tan grande como su amor hacía ti.
Quisiera ser sosten de tus caídas Y apoyo en el levantar.
Me quiere abandonar para cuidarte... y yo la dejo ir.
TE VEO.
Me gustó muchisimo pasar por tu rinconcito, está bella la música y las líneas escritas abrazos desde venezuela
ResponderEliminarGracias a ti María por tu visita, es grato compartir, un abrazo grande desde Sevilla.
ResponderEliminarAngie.