
No hay nada mas fácil que ir a comprar unos vaqueros, una prenda sencilla y tan práctica para todos, es actual, lo mismo sirve pa un roto que pa un descosío. Siempre vas bien en vaqueros, salvo que la ocasión requiera lo contrario.
LA REALIDAD:
Llega un día que tienes que ir ventilando los vaqueros viejos por uno nuevo, observas que sólo te quedan dos y que de tanto ponértelos los tienes desgastado por la entrepierna de tanto rozarte, así que decides dejarlo guardado como si fueran una reliquia, ¡vamos como si fuera la prenda mas chic de tu armario!
Bueno... ¡hoy me voy a comprar unos vaqueros! además no te importa si son de los caros, lo que quieres es uno de esos que queden divinos, que sean modernos, que te hagan sexy, juvenil, actual y estupenda, porque una se mira al espejo y se ve estupenda, (¡estupenda por los cojones....!).
Empiezas a probarte todo tipo de vaqueros, claritos, desgastados, apretaditos, de pitillo, elásticos... bueno... la primera media hora, entiendes que no encuentres tu corte, ni tu estilo, pero poco a poco... empiezas a despotricar ¡esos vaqueros son para niñatas!. Los pitillos hacen super gorda, los claritos hacen empetá, los desgastados hacen como doble y los apretaditos te hacen como si fueras mas gorda, bueno... es normal, te tranquilizas y te dices: son baratos y estas tiendas de ropa de usar y tirar es para la niñatería y claro, los cortes no tienen de estilo, así que entiendes que no pasa nada, que al final las cosas baratas son una porquería y sales con la cabeza muy digna como diciendo ¡por favor, pero que cutrerío!
Y piensas, bueno no pasa nada... total unos vaqueros se rentabilizan, así que decides ir a por unos vaqueros caros, de los de marca que valen una pasta, de por lo menos 120 euros. Mientras reflexionas sobre el precio, te entra por el cuerpo una cosita antes de ir a probártelos y valoras si merece la pena gastarte esa pasta, esperas unos segundos, haces examen de conciencia y piensas "pero eso es una barbaridad para unos vaqueros", pero bueno... aterrizas en la tienda y dices: ¡jooo! ¡estos tienen que quedar como un guante!
Total que cuando ya lo tienes decidido, empiezas a probarte vaqueros y pides unos chulos que queden apretaditos, pero que no sean de pitillo que no te favorecen nada, no por nada, si no porque esos son para personas altas y con piernas delgadas, (al menos tienes claro, que a veces, no se pueden seguir las modas aunque una quiera), aunque pinsas... ¡que moda mas chavacana! y con eso te sientes un poco mas feliz.
Al final decides que necesitas unos normalitos pero que queden bien, te comenta la señorita hay unos modelos que te suben el culo, quedan increíble, y piensas ¡guauuuuuuu como me queden bien!, ¡me llevo por lo menos dos!, bueno no... uno, bueno... si dos, los pongo a plazos, total para unos vaqueros que me quedan bien aprovecho y ya me olvido un par de años de tenerlos que guardar como reliquias.
Te llevas excitadísima casi una docena de vaqueros al probador y de repente te ves y dices ¡Dios!, esto no entra ni con un calzador, ¡pero si es mi talla! ¡Ni culo pa riba, ni pa bajo, ni pa to sus mulas!
Te quedas mirando el cartel con la foto de la modelo y dices "esto es publicidad engañosa", ¡y un mojón pa ti! te contesta la modelo con cara de imbécil, y la miro y le digo ¡pero que mal educada, mucho tipito pero vaya! y entonces... te empiezas a sentir mujer globo, tan gordaaa, tan gordaaa, que parece que en vez de caminar te han echado a rodar por el centro comercial y sigues rodando hasta que llegas a tu casa con el rabo entre la piernas diciendo: ¡valiente mierda, los vaqueros que hacen!, no es posible que de casi 50 que me he probado esta tarde, ninguno me queden bien, ni caros, ni baratos, ni de niñatas, pitillos, elásticos, campana, desgastados, rotos, talle bajo, alto, bueno igual es que tengo un mal día y no era el día de comprar vaqueros.
Y entonces es cuando empezamos con la filosofía barata, porque necesitamos encontrar una explicación para que al menos no te emparanolles mas de la cuenta), y sacas esa frase que dice: "cuando las cosas no fluyen con naturalidad es por algo", (¡valiente mierda de naturalidad!) y sigues afirmándote que seguro que es porque hay alguno que está bien de precio y no los he visto hoy, (ni hoy, ni mañana, ni dentro de un mes y pasará un año mas y seguiremos con los pantalones sollados guardados como si fueran reliquias).
CONCLUSION:
Terminas cenando un poco de jamón de york a cara perro y con la mala cara, te preguntas, ¿pero como una cosa tan sencilla cuesta tanto trabajo?, el día que me quede sin vaqueros sollados ¿que voy a hacer? No pasaría nada si fuera que no te gustaran tanto, y entonces, te quedas acompañada con tu triste cena... "como casi siempre" y te miras y piensas de todo: que hay que ponerse a régimen, que si tratamientos, que si cremas... y de lo que menos quieres convencerte "es que el tiempo va pasado por ti, así que lo único que te consuela es que también va pasando para el resto".
Si que es una pena que el tiempo pase para todos, pero mal de muchos consuelo de tontos, muy gracioso el relato me he meado mientras lo leía pero a mi no me pasa eso kerida, sino todo lo contrario que tambien es frustante porque gracias a la mierda de las tallas y que si no se puede estar delgado pues no hay pantalones para los que no tenemos chicha , en fin ni tanto ni tan calvo.
ResponderEliminarPues la cabrona de la modelo debe de tener un hermano o novio tbn modelo q me hace lo mismo a mi el jputa cada vez q me pruebo algo de ropa.
ResponderEliminarYo creo q deberiamos de comprar los pantalones de 15 en 15 asi nunca nos pasarian estas historias.
Bss mil y el monologo superior, me he pegado una pecha de reir q no te veas.
Bueno, me apetecía escribir algo parecido a un monólogo, así que si al menos hizo reir un poquito, me hace sentir super bien q lo haya conseguido aunque haya sido sólo un poquito.
ResponderEliminarMuchísimas gracias y besos,