Aquel domingo no tenía gran cosa que hacer, como casi todos lo domingos, así que cerró su puerta a cal y canto para que nadie pudiera verla con la pinta de salvaje con la que se sentía tan agusto, descalza, con cualquier trapo nada atractivo, cabello desaliñado y así pasar un plácido día que aprovechaba para purificar su interior.
Llevaba mas de tres años diciendo "este domingo ¡sin falta!, tengo que ordenar los altillos", pero era tan aburrido y le aportaba tan poco... que cuando llegaba la hora distraía su mirada con cualquier menester, no se como se las arreglaba pero terminaba danzando de un sitio a otro, dando vueltas e intentando ordenar las cosas que tenía en su cabeza.
Soñaba despierta demasiadas veces... podía comer de todo lo prohibido y su cuerpo era esbelto y fibroso, otro día que vivía frente al mar o que era dueña de una tiendecita en un pueblo costero con cosas muy originales, en algunas ocasiones viajaba a países exóticos, aquellas culturas tan distintas y que tanto le atraían, de vez en cuando aparecía en alguno de sus sueños el hombre que le acompañaría en su vida, un ser especial que le aportaba mucha paz pero al mismo tiempo le hacía vibrar, sueños eróticos ...mmm, pero con lo que casi se excitaba de verdad era cuando soñaba que había encontrado ¡un novedoso tratamiento cosmético maravilloso para su cutis! que le hacía parecer por lo menos ¡diez años mas joven! ¡con ese si que flipaba! y así iban pasando unos años preciosos de su vida con una manera distinta de disfrutar.
¿Se podía ser feliz viviendo de sueños? Todo el mundo opinaba de la forma de vivir de los demás, pero eso era lo de menos, lo importante, es que cuando era difícil vivirlos en realidad por circunstancias, había que dedicarse a enriquecer de alguna manera o alimentar nuestro interior.
¡Joder! estaba viendo el blog de un amigo que escribía muy bien y tenía algunos enlaces de amigas donde aparecía una señora con el alias "cincuentona", se quedó paralizada y con ganas de llorar, pensó "tampoco me quedaba demasiado para empezar a rozar esa edad". La velocidad del viento parecía estar empujando continuamente los años sin preguntar ni tan siquiera ¿se puede? ¡que poca educación tienen los años!, van arrasando sin respetar las necesidades de los demás, pero bueno... al menos la vida de sus sueños le hacían disfrutar... y si un día por circunstancias se terminara todo... se iría plena porque en definitiva los había sentido tan apasionadamente y con tanta intensidad que era como si hubieran ocurrido de verdad.
Diosss!!! pero si se me ha pasado la mañana... ¿y los altillos? bueno... esta tarde... y si hace mucha calor ... ¡mañana sin falta! A este ritmo llegaría a los cincuenta y la culpa de que los altillos estuvieran desastrosos diría que la téndría la velocidad del viento y todas esas cosas que contaba...
Llevaba mas de tres años diciendo "este domingo ¡sin falta!, tengo que ordenar los altillos", pero era tan aburrido y le aportaba tan poco... que cuando llegaba la hora distraía su mirada con cualquier menester, no se como se las arreglaba pero terminaba danzando de un sitio a otro, dando vueltas e intentando ordenar las cosas que tenía en su cabeza.
Soñaba despierta demasiadas veces... podía comer de todo lo prohibido y su cuerpo era esbelto y fibroso, otro día que vivía frente al mar o que era dueña de una tiendecita en un pueblo costero con cosas muy originales, en algunas ocasiones viajaba a países exóticos, aquellas culturas tan distintas y que tanto le atraían, de vez en cuando aparecía en alguno de sus sueños el hombre que le acompañaría en su vida, un ser especial que le aportaba mucha paz pero al mismo tiempo le hacía vibrar, sueños eróticos ...mmm, pero con lo que casi se excitaba de verdad era cuando soñaba que había encontrado ¡un novedoso tratamiento cosmético maravilloso para su cutis! que le hacía parecer por lo menos ¡diez años mas joven! ¡con ese si que flipaba! y así iban pasando unos años preciosos de su vida con una manera distinta de disfrutar.
¿Se podía ser feliz viviendo de sueños? Todo el mundo opinaba de la forma de vivir de los demás, pero eso era lo de menos, lo importante, es que cuando era difícil vivirlos en realidad por circunstancias, había que dedicarse a enriquecer de alguna manera o alimentar nuestro interior.
¡Joder! estaba viendo el blog de un amigo que escribía muy bien y tenía algunos enlaces de amigas donde aparecía una señora con el alias "cincuentona", se quedó paralizada y con ganas de llorar, pensó "tampoco me quedaba demasiado para empezar a rozar esa edad". La velocidad del viento parecía estar empujando continuamente los años sin preguntar ni tan siquiera ¿se puede? ¡que poca educación tienen los años!, van arrasando sin respetar las necesidades de los demás, pero bueno... al menos la vida de sus sueños le hacían disfrutar... y si un día por circunstancias se terminara todo... se iría plena porque en definitiva los había sentido tan apasionadamente y con tanta intensidad que era como si hubieran ocurrido de verdad.
Diosss!!! pero si se me ha pasado la mañana... ¿y los altillos? bueno... esta tarde... y si hace mucha calor ... ¡mañana sin falta! A este ritmo llegaría a los cincuenta y la culpa de que los altillos estuvieran desastrosos diría que la téndría la velocidad del viento y todas esas cosas que contaba...
Mientras, los altillos habían decidido colgar pancartas con rotulos diciendo: "Llevamos años olvidados de la manos de Dios, estamos viviendo en condiciones lamentables, ¡esto es como vivir con el síndrome de diógenes! ".
¿Los altillos? ¿o un ratito de felicidad?
¿Los altillos? ¿o un ratito de felicidad?
Besos y mas besos,
Angelines, G.L.
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