
Había una vez, una cerdita llamada Susi, era súper cursi y pensaba que era la mas guapa la mas lista, la mas inteligente y la mas "glamurosa y estilosa" de aquella granja. Caminaba contoneando todo su cuerpecito como si estuviera ¡en una pasarela de moda internacional! y se pintaba las uñas de sus pezuñitas en rosita. Además, pensaba que todos los cerditos del lugar estaban enamorados de ella. ¡Nada mas lejos a la realidad!, los cerditos no la soportaban pensaban de ella que era como el Dr. Liendre, ¡que de todo sabe y de nada entiende!, con lo cual, mas que gustar, lo que hacía era el ridículo, porque nadie la tomaba en serio.
Además, la cerdita Susi se inventaba cosas sobre su vida para hacerse la interesante, decía que pertenecía a una familia muy importante y que sus antepasados eran los cerdos mas cotizados del mundo porcino, pero la realidad era otra, ella pertenecía a una familia porcina muy humilde y había vivido en una pocilga tan vieja... tan vieja... que cuando llovía aquello parecía el hundimiento del Titanic porcino.
Un día... apareció en la granja Niko, un nuevo cerdo. Aquel cerdito era ¡muy brutoooooo! ¡y muy catetooooooo!. La cerdita Susi no lo podía soportar, le resultaba ¡tan vulgar!. Lo apartaba de su lado continuamente, pero el cerdo Niko, estaba maravillado con la cerdita Susi, ¡era taaaan femeninaaaaaa!, nunca había conocido a una cerdita ¡tan limpita!, ¡tan arregladita!, ¡y tan mona! como ella.
Aquello empezó a convertirse en la pesadilla mas horrible de la vida de la cerdita Susi, pero lo que mas odiaba era cuando Niko le decía: ¡Gorditaaaa!, "oinnggg", "oinnggg", ¿Te quieres casar conmigo? A ella se le ponían todos las pelos de su cuerpo ¡de puntas!, y Niko de nuevo: ¡Gorditaaaa! "oinnggg","oinnggg" ¡vete por la sombraaa, que los bombones se derriten por el sol!
Así un día y otro... y pasaban los meses y Niko ¡que no se cansaba!, Se había enamorado de la cerdita Susi, no la dejaba, hasta que un día... la cerdita empezó a ver el encanto que tenía Niko, pensaba: bueno... ¡tampoco es tan mal cerdito!; además era muy cariñoso, le traía flores, le buscaba las mejores bellotas, le cantaba una canción que a ella le encantaba decía "En la granja de Pepito iaaa iaaa ooo, "oinnggg", "oinnggg", había muchos animalitos iaaa iaaaa oooo", total que poco a poco... la cerdita Susi empezó a sentir un poquito de amor por Niko. Pero es que eran ¡tan diferenteeeessss! Niko ¡tan brutoooo! y la cerdita Susi ¡tan delicadaaaaa! Aquella combinación tenía menos futuro ¡que un pastel de chocolate en el patio de una guardería!.
Al cabo de un tiempo, terminaron teniendo una bonita historia de amor, el amor porcino era tan ¡gran grande! que ya... no había vuelta atrás; se casaron y tuvieron cinco cerditos, tres de ellos muy refinados y otros dos algo brutotes, los cinco con sus rabitos rizaditos ¡eran de lo mas graciosos!
¿Y sabéis que ocurrió entre ellos? pues casi sin darse cuenta, la cerdita Susi enseñó modales a Niko y Niko le hizo comprender a la cerdita Susi que todavía sería mucho mas guapa si fuera un poquito mas humilde y sencilla, que no tenía por que mentir para que los demás la admiraran, pero sobre todo... que nunca había que avergonzarse de la familia de donde uno procedía.
Con lo cual... los dos se ayudaron para ser mejores cerditos y así pudieron vivir una vida ¡¡¡súper feliz!!!. Susi se quitó su disfraz de cerdita de aires de grandeza para siempre jamás y Niko se convirtió en un estupendo marido y en un inigualable papa para siempre jamás.
¿Y sabéis que pasó? pues que sus corazones se encargaron en convertirlos ¡en la familia de cerditos mas maravillosa de aquel lugar!
Y colorín colorado, oinnggg, oinnggg... este cuento... ¡se ha acabado!
Angelines, G.L.
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