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Les revolvía el pelo con cara de contento cuando le entregaban aquella tan ansiada carta cada semana, pero aquel día llegó escrita con tinta borrosa, como si hubieran caído lágrimas sobre ella, el contenido de aquel último escrito dio un giro repentino a su vida. Salió corriendo aquella noche, caminó horas sin rumbo con la única compañía de sus dos perros.
Apostó para perder de nuevo, entregó para volverse ciego, aquel amor lo desmenuzó en pedazos, pero llegó a tiempo, la miró a sus ojos, besó su pálido rostro y le empezó a revolver de nuevo su pelo con cara de contento, como si no ocurriera nada... como si aquello fuera un sueño.
Apostó para perder de nuevo, entregó para volverse ciego, aquel amor lo desmenuzó en pedazos, pero llegó a tiempo, la miró a sus ojos, besó su pálido rostro y le empezó a revolver de nuevo su pelo con cara de contento, como si no ocurriera nada... como si aquello fuera un sueño.
Aquella terrible enfermedad se encargó en poner punto y final a la niña de sus sueños.
FIN.
FIN.
"Nada es para siempre... nada es eterno"
Angelines G.L.
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