Recorrerá caminos sin montañas, ni desiertos.
Cara despejada.
Corazón muerto.
Sin envoltura para guardar recuerdos.
ni emociones rociadas de sueños,
ni miedos escondidos ,
ni engranajes de ilusiones,
ni fracasos inundados,
ni gozos regalados,
ni disputas empeñadas,
ni perdones enlazados,
ni ruegos arrebatados.
Cuando llegue ese día... tendrá la sensación de que algo comienza a morir lentamente por dentro.
Angelines G.L.
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