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No hay que demostrar nada a nadie.

Mis Escritos, Musica y Reflexiones

martes, 27 de enero de 2009

CARTON DE VINO.-

Aquella mañana Jaime tropezó con un envase de cartón de vino, detrás de aquel cartón la historia de un fugitivo desconocido. Aquel hombre no paraba de cantar, tal vez estuviera alucinando porque miraba sonriente a todo lo que se movía, mas bien debía ser del efecto del alcohol. Acompañaba a su sonrisa una barba muy graciosa, calzones enormes, zapatillas de estar por casa y una gaita gallega. Le llamó la atención, así que decidió observarlo mientras simulaba que leía la prensa en un banco que estaba cerca. Aquel individuo no paraba de hablar con alguien que no se veía, era tan ridículo todo aquello...

Jaime empezó a murmurar: “es increíble… gente sin rumbo, esta gente no tiene problemas de pagar o no pagar, ni tan siquiera acuden a centros de ayuda”.

Detrás de aquel envase había una historia muy dura, aquel fugitivo había sido una persona generosa y muy sensible, pero un golpe de mala suerte le arrebató a su único hijo y a su mujer en un accidente de tráfico. Se volvió loco… aquello parecía un sueño, así que decidió no despertar y prefirió buscar y buscar … convirtiéndose en el fugitivo de su propia realidad.

Tal vez, deberíamos reflexionar antes de opinar tan precipitadamente de lo que hay detrás de cada envase de cartón de vino.

"La vida da muchas vueltas… no somos nadie".

Angelines G.L.

4 comentarios:

  1. Cuanta razón tienes , nunca te limites a ver lo que ves , lo que todos ven , observa , reflexiona , duda , pule , pregunta sin temor a la respuesta , e incluso rectifica si es necesario ,solo así encontrarás lo que hay detras de aquella mirada.

    JCSustain.

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  2. Que razón llevas amigo, si pudieramos interpretar todo lo que hay detrás de tantas miradas tal vez lo entenderíamos todo mucho mejor.
    Gracias,
    Angelines.-

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  3. Aquel hombre era muy desgraciado...
    Vivía en un pueblo con mar y muchas tardes, cuando no soportaba el peso de su tristeza bajaba a la playa, y caminaba, y mientras lo hacía le iba contando a Dios, su fiel amigo, los motivos de su pena...
    Eran muchas las tardes que marchaba su lado, y cuando llegaba al final de la playa y daba la vuelta para regresar a casa, veía en la arena junto a sus huellas, las huellas de Él, como la última prueba de que no estaba solo...
    Transcurrió un tiempo y aquel hombre no pudo superar su tristeza, hasta tal punto que decidió quitarse la vida, y por última vez bajó a la playa y quiso despedirse de su amigo.
    -Hasta aquí he llegado...no puedo más...no tengo por lo que vivir... mi corazón está tan vacío y cansado que siento que únicamente la muerte podrá aliviarme...no me queda nada ni nadie, ni mujer, ni hijo, ni amigos, y quiero por fin decir adios....
    En su desesperación llegó como siempre andando hasta el final de la playa y dándose la vuelta vio que sólo había un par de huellas que indicaban su camino sobre la arena....
    - Ya ves- dijo -hasta Tú me has abandonado...
    Y de pronto en su interior, como en un sueño oyó una voz dulce, infinita ...
    -No te he abandonado mi buen amigo ....Te llevo en brazos...


    No recuerdo de quién es este cuento, si lo leí o alguien me lo contó, pero me provoca tanta ternura que es justo que lo comparta con vosotros.

    La Chica Almodóvar.

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  4. Muy bonito, escribes muy bien me ha encantado. No todas tienen el grado de ser La chica Almodóvar.
    Besos.
    Angelines.-

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