La cara la tienes bastante mejor Julián, el cambió de tema radicalmente, ¿Y que tal el trabajo María?; Pues cumpliendo objetivos, aunque no es difícil, facturamos en negro, con lo cual, los contratos se firman solos. Hablando de negros, cualquier día voy a tenerla con el maniquí, nos trata como si fuéramos los primeros indígenas que llegaron como esclavos a las Américas, una prepotencia…, un despotismo… Estoy al límite, cualquier día....; No te metas María; ¿Qué no me meta? Lo que le voy a meterle es un paquetón, nada mas termine mi carrera y no tenga que trabajar ahí voy a mandarle un Inspector de Hacienda que se que va a tener que dedicar a hacer encajes de bolillos, pero entre rejas.
¿Y tus cosas Julián?; Pues… marchan María, no me puedo quejar; si ya veo que trabajas mucho y descansas poco. ¿Te ocurre algo Julián? A veces te noto la mirada perdida, a mi no me vas a engañar, ¿Qué problema tienes o que te preocupa? No pasa nada María, será agotamiento; pues no entiendo a las horas que vuelves por la noche todos los días; Tengo compromisos que atender María. De repente se quedaron callados durante un buen rato (había pasado un Angel). María para Julián era su Angel de la Guarda, la adoraba. Mientras ella cantaba, desentonando como siempre, el disfrutaba de su compañía, era la perfecta amiga y mujer que cualquier hombre pudiera desear tener a su lado para el resto de la vida.
(continuará…)
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lunes, 6 de octubre de 2008
MARÍA DE NOCHE, MARÍA DE DÍA.- (8)
Subieron al coche, hacía una mañana preciosa de marzo y empezaba a calentar un poquito el sol. Mientras charlaban escuchaban “cabecita loca” de Amaral.
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