Buscar este blog

Datos personales

Mi foto
SEVILLA, Spain
No hay que demostrar nada a nadie.

Mis Escritos, Musica y Reflexiones

viernes, 5 de septiembre de 2008

MARÍA DE NOCHE, MARÍA DE DÍA.- (6)

Julián andaba de putas, se había obsesionado por una de ellas, se estaba fundiendo todos sus ahorros. Aquella noche entró al club que frecuentaba y preguntó por Nícole, estaba ocupada con un cliente. Mientras tanto, tomó una… dos… hasta tres copas largas de Ron añejo, empezó a llorar disimuladamente en aquel oscuro garito, tenía que salir de todo aquello. En un momento se sintió observado por alguien, era el chulo de Nícole. A los pocos minutos lo avisaron, Nícole estaba preparada para el.
Entró en la habitación, miró su exuberante cuerpo, sus pechos, sus nalgas, su cara, sus labios y rompió a llorar. Nícole quería su dinero. Julián se marchó sin mediar palabra y ella salió corriendo tras de el gritando ¡mi dinero cabrón! En décimas de segundo lo abordó el encargado destrozándole la cara, lo miró fijamente a los ojos y le dijo: ¡Dame tu cartera hijo de puta!, ¡la próxima vez, te rajo!.
Julián era un hombre muy varonil y atractivo, tenía éxito con las mujeres pero le daba morbo todo aquel mundo que lo había atrapado. Ya sólo sentía placer pagando, su vida era una farsa y se estaba buscando su ruina.
María se había quedado dormida en el salón viendo la televisión, eran las cinco de la mañana cuando escuchó la puerta, Julián apareció con la cara ensangrentada, ¿Qué te ha pasado Julián?, el no la esperaba en el salón; me acaban de atracar; ¿Qué me estás diciendo?; Ahora mismo llamamos a la policía; No, no merece la pena. María buscó el botiquín y le hizo como pudo una primera cura, tenía la cara destrozada, el labio reventado y su chaqueta despedazada. No hablaba demasiado, esa actitud escondía algo, ella lo presentía. A la mañana siguiente salió temprano a trabajar, pero antes se asomó a ver a Julián, estaba dormido y parecía tranquilo.
(continuará...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario